El colágeno es la proteína de alto peso molecular más abundante en animales invertebrados y vertebrados, incluidos los mamíferos. Su función es estructural y existen diferentes tipos según su organización específica en los diferentes tejidos del organismo.
En los últimos años, el consumo de colágeno como complemento alimenticio en sus diversas formas, nativo o hidrolizado, ha experimentado un fuerte crecimiento. Es por ello que el sector nutracéutico trabaja fuertemente en encontrar nuevas fuentes naturales de colágeno, así como actualizar las metodologías utilizadas en su producción.
Desde hace algún tiempo en el mercado de los complementos alimenticios ha aparecido información que está dando lugar a malentendidos y confusión entre los responsables de la comercialización de los complementos, así como en el consumidor final. Nos referimos al llamado colágeno de algas.
Esta afirmación es totalmente incorrecta porque las algas no contienen colágeno.
Las fuentes más comunes de colágeno son de origen bovino, porcino, aviar (pollo, gallo) y marino (peces, esponjas de mar y medusas), todas ellas de origen animal, puesto que la única fuente posible de colágeno es de origen animal. Siendo los peces los animales de los que se obtiene el colágeno de origen marino.
Es posible, que el uso del término marino y la tendencia a no consumir ingredientes derivados de animales haya podido llevar a pensar al consumidor que se puede obtener colágeno de algas marinas, pero las algas no contienen colágeno.
Así pues, es importante destacar:
- La única fuente posible de colágeno, por su propia naturaleza, es de origen animal
- La obtención del colágeno marino es siempre de origen animal
- Las algas no contienen colágeno.
La única forma de combatir la información incorrecta y sesgada que puede recibir el consumidor es recabar dicha información de fuentes fiables como son las empresas del sector nutracéutico especializadas en el colágeno en sus diferentes formas y orígenes.